O gabinete de Ricardo Blanco Cicerón. Do coleccionismo ao Museo
Comisaria: Erea Castro Alfonso
Ricardo Blanco Cicerón (Tui, 27/10/1844–Santiago de Compostela, 31/07/1926) procedía de la acomodada familia tudense Centeno y Cicerón, ligada a la nobleza gallega. Dedicó su vida al derecho, la administración y la actividad política como jefe regional de Galicia en la Junta Nacional de la Comunión Tradicionalista, presidida por el marqués de Cerralbo.
Su gusto y pasión por las artes y las humanidades le llevó a atesorar una vasta colección de objetos, entre los cuales destacan las joyas protohistóricas, con torques, diademas y anillos; hachas de bronce; monedas; medallas; documentos medievales y otras muchas piezas de diversas épocas. Esta labor le granjeó su reconocimiento como el coleccionista de mayor relevancia para la historiografía del arte en Galicia, sin olvidar a otros coetáneos como Casto Sampedro, Francisco Pazos, Federico Maciñeira y Marcelo Macías, entre otros.
Ricardo Blanco Cicerón fue esencial en el desarrollo de la sociedad Viuda e Hijos de Simeón García de la Riva, precedente de lo que más tarde sería el Banco Simeón. Entendió la importancia de preservar el legado artístico gallego, conocer los hallazgos arqueológicos que se producían en nuestro territorio y permitir su estudio y divulgación a aquellos que se adentraban en lo que algunos denominaron “(…) el museíllo del Señor Blanco Cicerón en la Rúa de la Senra, núm. 3”.
Hoy, el Museo de Pontevedra recupera la figura de quien Casto Sampedro definió como “mi amigo y terror de coleccionistas y arqueólogos y anticuarios pasados, presentes y futuros”, un mecenas y custodio del arte gallego, cuyas joyas constituyen grandes referentes en las colecciones de todos los centros museográficos de Galicia y del resto del territorio español.