Tesoro de Caldas de Reis

El Tesoro de Caldas de Reis, también conocido como el depósito de As Silgadas, constituye a día de hoy la mayor acumulación de oro conocida en la prehistoria europea. Se trata de un conjunto de cuarenta y una piezas de oro de gran pureza y de procedencia aluvial, que suman un peso aproximado de 15 kg.

Las piezas que lo constituyen son un aro grande rematado en paletas, veintisiete aros tipo lingote de formas y pesos variables, tres fragmentos de barra, dos cuencos con asa lateral, una jarra con asa lateral, seis fragmentos de láminas decoradas y un peine o peineta.

Se barajan diferentes hipótesis sobre el motivo de su ocultamiento, aunque dada la cantidad y diversidad de piezas que lo conforman, cobra fuerza aquella que defiende que se trata de una acumulación de objetos valiosos que fueron depositados para ser refundidos al quedar obsoletos.

Un depósito es un conjunto de materiales metálicos que fueron acumulados y dispuestos de forma específica en un lugar estratégico, normalmente en una antigua vía de comunicación, por motivos diferentes.

El Tesoro de Caldas fue descubierto de forma casual en los años cuarenta por unos paisanos que estaban realizando labores agrícolas en la finca de As Silgadas, en Caldas de Reis, lugar al que le debe su nombre. Aunque los descubridores ocultaron su hallazgo y vendieron parte de las piezas para beneficio propio, se estima que el conjunto en origen pesaba en torno a 25 kg.

Ficha Técnica

Título
Tesoro de Caldas de Reis

Época
Edad del Bronce

Fecha
2.250 -1.500 a.C.

Técnica
Laminado de oro y fundición (algunas con la técnica de la cera perdida)

Material
Oro

Peso
14,9 kg

Inventario
1.242-1.277

Ubicación
Edificio Sarmiento, planta 1, sala 1.

Saber más

Las piezas que forman este tesoro se encontraron ocultas bajo tierra a unos 20 cm de profundidad. Aparecieron dispuestas en grupo y ordenadas, posiblemente, tal y como las habían enterrado, ya que en origen debieron estar contenidas en un recipiente de material perecedero que no se ha conservado, como un saco o un cesto.

Entre las piezas más bellas destaca el peine o peineta, tanto por su forma como por su decoración a base de incisiones, reproduciendo modelos hechos en hueso o madera.