Profetas del Pórtico de la Gloria
Estas dos esculturas estuvieron originalmente, sin duda, adosadas a las jambas de la fachada exterior del Pórtico de la Gloria, en la catedral compostelana. Tras las obras que sufrió dicha portada en 1520, los dos altorrelieves pasaron a manos privadas. El Museo de Pontevedra las compró en 1956 a los Condes de Gimonde, convirtiéndose en dos de sus piezas icónicas.
Las similitudes formales con las obras del Maestro Mateo hacen incuestionable su origen y autoría, vinculadas a alguno de los mejores artífices de su taller: el volumen, la disposición de las piernas, el tratamiento anatómico o la fisonomía de la barba y la cabellera son buena muestra de ello.
Aunque la identificación de los personajes es compleja y discutida, por su caracterización se relacionan con profetas del Antiguo Testamento, de ahí que se muestren ancianos, meditativos, luzcan largos cabellos y pobladas barbas, vistan túnicas y porten báculo en Tau y rollos de pergamino.
El Pórtico de la Gloria fue en origen una estancia sin puertas abierta al oeste, en consonancia con el texto del Apocalipsis en el que se inspiró el programa iconográfico de todo el conjunto. Por ello su imagen actual es incompleta y muy diferente debido a las intervenciones que sufrió a lo largo del tiempo.
Los tres arcos exteriores se cerraron con puertas a partir de 1520 según las directrices de Martín de Blas y Guillén Colás, provocando la desaparición o reubicación de varias piezas. Hoy tenemos constancia de siete de ellas: dos se conservan en la Catedral, tres pertenecen a colecciones privadas y estas dos del Museo de Pontevedra.
Ficha Técnica
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Junto a otras piezas medievales de interés, el Museo custodia, además de los Profetas, algunas obras que reflejan el impacto que las novedades del taller del Maestro Mateo, en la Catedral de Santiago, tuvieron en el arte gallego de su tiempo, bien gracias al trabajo de sus colaboradores o al de seguidores e imitadores de su estilo.
Es el caso de los capiteles de San Pedro de Fóra (Santiago, Ca. 1200), la imagen de San Pedro de Santiago de Gres (Vila de Cruces, Pontevedra, Ca. 1220-1230) y de las dovelas de la portada de Santo Domingo de Bonaval (Santiago, Ca. 1240).