Virgen Blanca

La Virgen Blanca está considerada una de las representaciones de María más hermosas del Renacimiento español. Constituye un claro ejemplo del intercambio artístico que existió entre Galicia y Portugal durante los siglos XV y XVI, pues se atribuye al escultor João de Ruão, uno de los principales representantes de la Escuela de Coímbra.

Realizada en piedra caliza de las canteras portuguesas de Ançã, se trata de una obra de impecable factura que muestra el ideal de belleza renacentista en la representación de la Madre, con pose equilibrada y rostro de expresión contenida, al tiempo que anuncia un nuevo estilo en la robustez y la torsión del cuerpo del Niño, el Manierismo.

La pieza, totalmente policromada en origen, responde a la iconografía de la Virgen con el Niño y un pajarito, muy habitual en el Renacimiento. Aunque hay diferentes interpretaciones, puede que se inspire en la simbología cristiana del jilguero, pájaro que por alimentarse del cardo espinoso se entiende como una premonición del martirio de Jesús.

Entre las curiosidades que acompañan la historia de esta talla se suele señalar que el artista a quien está atribuida, se solía inspirar en modelos cercanos: en su esposa, para la representación de la Madre, y en sus hijos para la del Niño.

Otra es el evidente anacronismo en la vestimenta y el peinado de María, pues ésta no luce los que se corresponderían con su época sino los de una rica joven del Renacimiento: vestido largo, camisa interior, corpiño ajustado, manto y pañuelo sobre los hombros y tocado a modo de casquete con velo y lazo ceñido.

Ficha Técnica

Título
Virgen Blanca

Autor
Atribuida a João de Ruão

Fecha
Ca. 1537 - 1541

Técnica
Talla policromada

Material
Calcaria

Dimensiones
127 x 40 x 27 cm

Inventario
686

Ubicación
Edificio Castelao, planta 1, sala 1.

Saber más

Junto a la Virgen Blanca se exponen otras obras destacadas, realizadas tanto en caliza como en granito, que son ejemplo de la itinerancia de talleres y del intercambio de obras y materiales en aquella época. Es el caso del San Juan Bautista, procedente del monasterio de San Juan de Poio, la Virgen de la Leche, pieza de importación francesa que lució en la iglesia del antiguo Hospital de San Juan de Dios de Pontevedra o el conjunto de La Virgen del Socorro y Santa Ana, de la iglesia de Santa María de Pontevedra, atribuido al maestro Corniellis de Holanda.